lunes, 27 de octubre de 2014

Darwin, y la evolución de las especies

Por todos es conocida la teoría de la evolución de las especies. Hago un breve recordatorio, un poco chapuza, la teoría dice que la especie que mejor se adapta al entorno es la que sobrevive, los especímenes que sean capaces de conseguir modificar sus "características" no solo sobrevivirán, sino que conseguirán que a la larga, los especímenes que no consigan adaptarse perezcan.
Pues hoy pienso en darle otra vuelta de tuerca al temita este de la evolución. Las especies, como la nuestra del homo sapiens, ha ido evolucionando desde hace 25.000 años hasta hoy, sufriendo modificaciones en muchos aspectos genéticos que nos traen hasta la actualidad, si bien la mayoría de cambios a simple vista son morfológicos, hemos sufrido cambios a nivel cerebral, obteniendo el "don" del razonamiento, y la tan inexistente "inteligencia", véase las comillas a modo de ironía.
Pues si, mi opinión es que seguimos evolucionando, pero ahora ya no tanto a nivel morfológico, ni siquiera a nivel cerebral, no, por desgracia no somos más inteligentes. Dentro de nuestra especie se esta produciendo una mutación, que nos va a desplazar al hoyo de la historia a una gran cantidad de especímenes, que no conseguiremos adaptarnos a los tiempos que corren.
Y voy a desvelar el secreto, para que generaciones que están por venir, sepan que sucedió con nosotros. Fuimos eliminados del mapa, desplazados, y olvidados por el tiempo, fuimos aniquilados por la nueva era del ser humano.
Llego el tiempo de los trapalas, rastreros, pelotas, y demás entes evolucionados provenientes del ser humano. Mentirosos que no hacen más que generar problemas entre nosotros, chupa pollas pelotilleros de jefes que no tienen el más mínimo pudor, ni el más mínimo respeto por el trabajador honrado, que viene a hacer su trabajo y se marcha, sin entrar en polémica con nadie. Es una guerra que no podemos hacer más que perder, sin posibilidad alguna de victoria, pues la única opción de ganar, pasa por convertirse en uno de ellos, ya lo dijo Julio Cesar (creo que en el siglo IV) divide et impera. Lo han conseguido, solo es cuestión de tiempo que esto termine, pero tengo la esperanza, que algún día ellos mismos se destruirán entre si.

sábado, 11 de octubre de 2014

Momentos bajos

Días como el de hoy son difíciles. Discutir, ignorar, pasar horas en una misma habitación sin cruzar palabra. Tener la certeza que algo se termina, pero aferrarte a ello, como si de ello depende tu vida. Por simple y mundano que parezca, lo cotidiano, lo que conocemos, nos hace sentir mejor, nos hace creer que controlamos la situación.
Que equivocados estamos.
No controlas una situación por haberla vivido cien veces, controlas una situación cuando eres capaz de controlar tus impulsos, tu carácter, tu capacidad, cuando eres capaz de razonar, evaluar y corregir.
Es curioso lo que podemos demostrarnos a nosotros mismos.
Yo hoy me he demostrado que soy un cobarde, y me tenía por un valiente. En las situaciones en las que me juego mi integridad física, no me importa, ni siquiera me detengo un segundo a pensar en lo que me podría pasar. Pero en cuestión de corazón, soy un cobarde absoluto. No soy capaz de evaluar, ni de decidir, todo me da miedo, una situación que he vivido mil veces, me sigue provocando pánico, y vivir situaciones que desconozco, en las que no se como voy a reaccionar, me provocan aún mas pánico.
Me escondo tras una máscara de frialdad. Intento parecer tranquilo, cuando en realidad solo tengo ganas de llorar, de gritar, y porque no decirlo, de acabar con esa angustia de cualquier forma posible.
Que curioso, ¿verdad?.
El ser humano nunca dejará de sorprenderme, nunca dejaré de sorprenderme a mi mismo.
La dificultad de las decisiones, la complejidad de la razón frente al corazón. El cariño, que se funde con el amor, que nos hace dudar. Los sentimientos que no podemos controlar, por miedo o amor, porque no podemos ocultar lo que sentimos, ni amar por miedo a perder.
La soledad, esa vieja enemiga, que nos observa en cada esquina de nuestra mente, en cada recodo de nuestra conciencia, que nos maltrata incluso sin tocarnos, y que nos atormenta como "el hombre del saco" cuando eramos críos.
Las decisiones que tomamos nos convierten en lo que somos y donde estamos. ¿Qué nos depara el futuro? será la consecuencia de nuestras decisiones presentes y futuras.

En Marbella a 11 de octubre de 2014

Saludos